7 de junio de 2022
Contando ovejas
20 de mayo de 2022
Arenas movedizas
31 de enero de 2022
Juego de la oca
3 de enero de 2022
De bucles temporales y formas geométricas
"Hay heridas que no cierran y dolores que son para siempre" digo hace años cada vez que alguien comparte conmigo una situación dolorosa, ruptura, pérdida o lo que sea que aplique. Una frase que recito de memoria a esta altura después de repetirla tantas veces porque me gusta como suena y siempre creí que tiene mucho de cierto.
Pero... no estoy muy seguro de donde vino. Osea, alguna vez evidentemente me iluminé o me inspiré y articulé la idea de esa forma y con esas palabras, me gustó el resultado y el impacto; y entonces repetí la fórmula. Y es que la idea es algo bastante familiar y racionalmente cierta para cualquiera que se ponga a pensarlo: todos tenemos al menos una de esas "heridas que no cierran", a raíz de algo que nos hicieron o nos hicimos y nos marcó para siempre dejando cicatrices pero al mismo tiempo sin cicatrizar del todo. Todos tenemos ese nombre que nos hunde el pecho cuando lo escuchamos nombrar, un lugar por el que pasamos y no podemos contener el suspiro, o simplemente canciones que las escuchas y parecieran una daga pidiendo permiso para extirparte el corazón.
Y de ahí vienen esos "dolores que son para siempre". Esa sensación de ahogo que experimentamos cuando el dedo va a la llaga, esa necesidad de llenar los pulmones con el aire que te robó ese instante en que recordaste a esa persona; esa languidez emocional que genera el vacío que dejan ciertas personas y que por mucho que lo intentes no podes reemplazar. Casi como ese juguete para niños con cubos, cilindros y triángulos en el que cada pieza encaja perfectamente en su lugar, pero que si perdés una no podes reemplazarla con otra porque simplemente no es.
Y volviendo al punto original, nunca supe de donde salió esa frase, cómo llegué a esa conclusión si nunca me había pasado algo parecido. Hoy, en perspectiva, pienso que algún tipo de anomalía temporal hizo que mi yo del 2022 madure la idea, la procese y se la trasmita a algún Moro del pasado. Una suerte de premonición del tren que me iba a pasar por arriba a finales del 2021. Tal vez fue una advertencia infructuosa, o simplemente un bucle temporal sin otro sentido que reírse de la naturaleza inexorable de la causalidad.
20 de diciembre de 2021
Sinfonía Nº 1
El primer movimiento, una maravilla. Efímero pero magnífico. Una melodía de ensueño a un ritmo frenético, que por momentos se convertía en una fuga a dos voces que se superponían enérgicas dando matices luminosos. No quería que terminara pero las sinfonías son así.
La transición hacia el segundo movimiento fue completamente inesperada y repentina. Introdujo acordes menores y disonancias incómodas que planteaban ciertos interrogantes a la melodía perfecta de la obertura. Acordes disminuidos in-crescendo que suplicaban resolver de una manera u otra, mientras la melodía original se atenuaba poco a poco.
Ahora, y desde hace rato, suena el tercer movimiento. Denota un sentimiento agónico mezclado con nostalgia y unas breves notas de esperanza que modulan en ilusión. Ciertamente, una de las partituras más tristes que escuché. Hace semanas que vivo en un ostinato con fade-out que amaga continuamente con apagarse pero una coda lo obliga a repetirse incansablemente una y otra vez. Y mis días alternan entre séptimas de dominante y silencios de compás: tensiones injustificadas y vacíos a la espera de algo completamente incierto.
Por momentos la melodía es una reminiscencia de obras anteriores, de esas que se van resignificando en nuevos nombres. Como esas líricas a las que nunca les encontré significado hasta ahora. A veces creo escuchar una contramelodía muy tenue que sugiere nuevos rumbos y quiere hacer fade-in pero después de unos compases se desdibuja en la armonía disonante.
El ritmo de mi corazón? A 7/8, como el inverno de Vivaldi interpretado por Richter. Empujando constantemente hacia adelante como una arritmia cardíaca que te mantiene en vilo, expectante por resolver una tensión que nunca descansa en la tónica.
Y yo sigo acá, pegado a la butaca asumiendo que la sinfonía todavía no terminó, convencido de que falta el cuarto movimiento. Un final que resuelva esta estructura narrativa tan experimental como melancólica. Ilusionado de volver a escuchar las melodías alegres del inicio y que la obra termine como empezó: con esas dos voces persiguiéndose en bucle mientras empiezan a escucharse los aplausos.
8 de diciembre de 2021
Bandersnatch Love
Si pudiera elegir los finales, todo sería mejor. Porque directamente no optaría por finales, simplemente hubiese dejado que las cosas sigan su curso. Si dependía de mí, no le hubiese puesto final al enamoramiento infantil que tenía con Ariana a los 7 años, y hoy (pisando los 30) probablemente estaríamos conviviendo, pensando en casamiento, hijos y perros.
Pero uno no decide cuando se terminan las cosas, ni mucho menos cómo se terminan. Aparentemente soy como un lector de "Elige tu propia aventura", que va leyendo lo que le toca en base a decisiones que parecen intrascendentes y que todas desembocan en algún final. Diferentes finales, pero finales al fin. En 7º grado, volvía unas páginas atrás y "cambiaba mi decisión" para chusmear como eran los otros finales. Me acuerdo que muchas veces eran más de lo mismo, como si esa suerte de "control" sobre el flujo de la historia no fuera mas que una ilusión montada para engañar a un nene de 12 años.
Y capaz que el libre albedrío es lo mismo, no? Forrest al final de la peli dice que quizás somos como una pluma flotando en la brisa pero que nuestro destino continúa invariable. Siempre me gustó pensar que tiene razón.
A mi hoy me toca este final. Final abierto tal vez (cómo me cuesta aceptarlo!). Y no puedo parar de pensar en si las decisiones que tomé hubieran sido diferentes, el final habría sido otro. Más feliz tal vez, o feliz y punto. O más prematuro y por ende menos doloroso. O (volviendo al principio) que no tuviera final y perdure en el tiempo, como anhelo hoy.
Que sea sólo una pausa dramática.
6 de diciembre de 2021
Donde tai
Destruído.
Pero destruído como nunca.
Lectores imaginarios y futuras versiones de Moro: no puedo dimensionar lo mal que la estuve pasando las últimas semanas. Y recién ahora proceso el agravante de que estamos cerrando el año. Cerrando "sin cierre" de alguna manera (no closure). Un año que ya parecía terminado (promediando Octubre) y que supo sorprender con algo cuasi-milagroso, trayendo una realidad disfrazada de tristeza, disfrazada de ilusión, disfrazada de promesa.
Y es que en ocasiones anteriores, yo me autopercibía "incompleto". Irresuelto. Algún antónimo de preparado. Como si, por un motivo u otro, nunca estaba listo para el gol. Por no tener registro, por no estar mudado, por no estar en forma, por no tener experiencia, por, por, por... Y esta vez, finalmente, que me siento (o sentía) listo confié y aposté todo. Dejé alma y vida por esa ilusión. Creí. Y me fallaron. O me fallaron mis cálculos. O capaz no estaba tan preparado como creía. Hasta hace un tiempo atrás siempre encontraba un justificante en mí, algo que faltaba, que todavía no estaba ajustado del todo y así fui poniéndome "a punto", para que no se me escurriera entre los dedos la próxima oportunidad. Pero volvió a pasar, y ahora no tengo a qué adjudicarlo. Estaba en mi mejor momento, completamente preparado, con ganas, predispuesto, decidido.
Entiendo que escapa de mis manos y probablemente sea eso lo que me destruye: el hecho de que haya cosas que no puedo controlar. Quizás sea esa la tuerca que tengo que ajustar ahora, la tuerca de "aprender a manejar la frustración".
Soy como el capitán de un barco: yo decido a dónde ir y por dónde navegar, pero no puedo controlar la marea ni las olas que te sacuden. Eso ya no depende de mí, la concha bien la lora.
28 de mayo de 2021
No-Look-Pass
16 de febrero de 2021
El pasado es como el arroz
El 30 de agosto de 2013, Alex Turner y compañía decidieron hacer realidad el sueño de miles de personas en Zurich, Suiza y tocaron por primera vez en la historia: ARABELLA. (20 años despues del nacimiento de la Arabella original)
Esa noche de 2013 nació lo que para mí fue, posteriormente, el apodo mas dulce, sincero y llenodeamor que le pude poner a alguien. Días más tarde presentaron oficialmente su disco más exitoso hasta la fecha y casi dos años después Arabella (mi Arabella) decidía que era una buena idea reencontrarnos.
Hoy con el diario del lunes ella podrá decir que no fue una buena idea después de todo, pero en el fondo los dos sabemos que estaría mintiendo porque la verdad es que hubo momentos hermosos antes, durante y después de todo eso.
No voy a hacer la cuenta de cuantos días se cumplen hoy desde aquella épica secuencia de casualidades que derivó en nuestro primer contacto. Pero sé que son muchos. Muchos días. Así que hoy... muchos días después de encontrar la mejor traducción de "Love is Laserquest" en un blog de lo más recóndito, decido cerrar la puerta que más tiempo ha estado abierta a lo largo de mi vida.
Cuando se quema el arroz lo mejor es no revolver.
Con el pasado pasa lo mismo.
18 de diciembre de 2020
Ida y vuelta
Sobre qué voy a escribir? A ver... pensá! Si empecé a ver How I Met Your Mother por 5ta vez en mi vida, de qué otra cosa puedo hablar?
Ultimamente estuve pensando en la constante: ese concepto que me inventé hace años para explicar un balance hipotético que existe entre cosas positivas y negativas que me pasan. En este caso puntual, compensando una buena racha con una mala.
La buena racha venía de la mano de victorias que asumí prematuramente como consumadas, y con esa misma definición se sobreentiende de donde viene la mala racha. Algo parecido me viene pasando con la cuenta bancaria... "Tranqui, todavía tengo bastante guita" y de un día para el otro estoy cambiando dólares para llegar a fin de mes (exagero, por suerte no llegué a ese punto).
Si dejo de tipear, paro la pelota y pienso un toque... me doy cuenta que el término "racha" es exagerado o simplemente una excusita para camuflar la importancia de 1 persona y esconderla en un grupito. Como que no quiero aceptar que fue ESE cross-over (digno de MJ) el que me rompió la cadera como a Bryon Russel.
Es que me parece cruel dejar fermentar una ilusión así en un pibe que lleva años esperando que dejes a tu novio, y le canceles faltando nada mas que 4 horitas para conseguir el anillo. Si, ya sé... esperar a mi manera, no? Como esperé siempre: haciendo zapping entre canales de relleno mientras espero el partido de Boca por la Libertadores.
Y perdimos la ida, espero ganar en la vuelta.
2 de agosto de 2020
Punto y aparte
9 de junio de 2020
505
Y claro, me pregunto "Hasta cuando?" Cuando hago las cosas mal, es porque hice las cosas mal. Cuando hago las cosas bien, es porque hice las cosas demasiado bien. Es como si independientemente de lo que haga el final estuviera escrito de antemano. Bajé las expectativas, conocí gente nueva, fui paciente, dejé todo, mentí, creí, traicioné, reciclé el pasado, innové, pequé, cambié el enfoque, hasta resignifiqué canciones y no lo podía creer.
"Siento que cada canción me habla de vos" tiré del tintero hace unos cuantos años (10?) y sigo sintiendo un poco de eso. Lo que me preocupa es que todas las canciones vienen con un final de mierda.
Ya no tengo ni para el envido, hermano. Ni ganas de mezclar.
No creo más en cuentos de hadas. Ya no.
Ninguna parece ser la útlima página en este puto libro de arena.
28 años en tablas y con la reina en jaque.
Buscando nuevas puertas en viejos ojos que no cambian.
Tratando de ponerle la 10 a cualquiera, y esperando que juegue como Román.
Tomando el Urquiza desde Roma a Tracia, tan solo para darme cuenta que no soy un pez gordo.
Buscando el oasis en una hotel-suite.
Haciendo foco en la señal de los dos, a pesar de que a veces, la incertidumbre es una constante.
Ni Allie, ni Noah, ni Sherlock, son tan personajes como yo.
De una pésima noche al día mas triste de la vida.
505, hermano, 505.
17 de enero de 2020
Romeo, romero, birra...
29 de enero de 2019
Cuentos de hadas
Pasó completo el 2018 y no compartí nada en el blog. No sé si por falta de contenido (La Gallega, Lola, Arabella...), pero bien sabemos que no TODO amerita blog... En todo caso, ya es tarde para corregirlo.
2019. Flamante 2019. Año que cosechó una de las siembras más importantes del 2018.... Florcita
Cómo cayó del cielo Florcita! Qué bendición! Y pensar que no me le animaba en un principio, pero bueno con constancia y auto-confianza se puede. Bueno, "se puede" es una forma de decir, no? Digamos que es una victoria técnica. Su confesión de que le pasan cosas conmigo, sumado a las situaciones polémicas que vivimos estos últimos días, son prueba suficiente de que es una victoria "no consumada". No tiene gusto a nada, pero la cuento como ganada y punto.
El solo hecho de que haya puesto en duda una relación de 2 años por mí, que me cele por los 6 meses por venir, que hayamos tenido esa cita, las idas y vueltas inentendibles... Hermoso todo, pero duele en algún punto.
Ya va a pasar, seguro. Como pasa todo... pero que se yo? Una parte de mí no pierde esperanzas. Hoy es un no. Rotundo, lo sabemos... Pero quién te dice? Esa variable siempre está. 6 meses de "extrañarnos" pueden derivar en su teoría o en la mía.
Morito querido, si venís triste del futuro a leer esto: pensá en lo reconfortante que es el hecho de saber que es mutuo... No importa si el tiempo es otario y no fue lo oportuno que nos hubiese gustado. Se dijeron todo, lo que les pasaba, lo que compartieron... La suerte es ingrata, te acompañó toda la vida, no es nada nuevo... Apostá al futuro, la chance siempre está. SIEMPRE!
19 de julio de 2017
Jaque mate
Es rubia, o lo intenta. Yo me dejó mentir, porque no me afecta mucho. Algunas de las cosas que me contó me inquietan. No estudia, por ejemplo. Dejó. Vive bastante lejos en comparación con vos, pero no empecemos a comparar mejor...
Y nada, compré. Como compro siempre. Por comprar. Por costumbre. Por hábito. Pero ya me arrepentí, como tantas otras veces. Es que, en definitiva, todos sabemos cuándo si y cuándo no... Y yo sé que no. Sé que es cosa pasajera. O esporádica a lo sumo, dada la naturaleza de la relación. Pero es un no, a fin de cuentas.
Y tiene tu mismo nombre. Se llama igual que vos. Lo cual es problemático, al menos desde hace un rato. Te escribí. Y me escribió. Mismo nombre. Pensé que era vos, respondiendo.
¿Sabes qué frustrante fue leer su apellido?
Tan decepcionante como reconocer que no era tu foto de perfil. Y no es culpa de ella.
¿Sabes donde quedó mi concepto de ella ahora? ¿Tenes idea de por dónde lo dejaste? No sabría ni como explicarte... Me hace acordar a las partidas de ajedrez con mi viejo. Yo siempre tenía la jugada maestra, la jugada ganadora, y de repente... Jaque mate. Mi jugada era un fiasco. Fue un fiasco todo el tiempo, de hecho. Pero yo no lo veía. Hasta que veía la jugada de mi viejo... Siempre mejor que la mía. Más brillante. Más compleja. Superior. SIEMPRE...
¿Cuántas con tu nombre tienen que pasar?
11 de julio de 2017
29 de enero de 2017
Los ojos no cambian
Di con una foto tuya a la pasada, y tuve que dejar de scrollear y volver un poquito para arriba. Tenía que acomodar la imagen en mi cabeza porque tu foto estaba al revés. Supongo que sonreí cuando asimilé la imagen, la verdad es que no lo recuerdo, pero ahí estabas. Vos.
Boca arriba en una hamaca paraguaya, esbozando una sonrisa traviesa, como si supieras que tuve que dar vuelta el celular para mirarte mejor. Tenés el pelo más corto, más oscuro tal vez, la piel más clara que antes (como si fuera posible). También te noto más flaca, aunque más voluptuosa, y ya no aparentas menos edad de la que tenés. Algunos rasgos avisan que pasamos los 20 hace rato, pero no por eso perdimos encanto. Cambiaron muchas cosas. Cambiaste en muchas cosas.
Pero descubrí algo en tu mirada que me remitió a épocas pasadas. Algo ahí, en tus ojos, una especie de cachetada del pasado, que me metió recuerdos en la cabeza e imágenes en la retina. Imágenes tuyas, de hace años, que quedaron por ahí. De cuando íbamos al colegio, de cuando te teñías el pelo, de cuando escuchábamos Reyes de la noche por primera vez, de los viajes en el 326, de cuando The Killers era la banda de moda...
Y entendí que los ojos no cambian. Que son una constante desde el primer día en cada recuerdo que tengo de vos. Y que por eso me trajeron esta dosis de pasado. Entendí que verte a los ojos hoy, es igual que ver a los ojos a la piba que conocí con 15 años. Que pueden pasar millones de cosas, millones de personas y millones de años, pero cada vez que te mire a los ojos voy a volver a tener 15, voy a volver a Villa Bosch, voy a volver a enamorarme.
5 de mayo de 2016
El día mas triste de la vida
Tengo frío, miedo, dudas y ese nudo en el pecho. Tan amargo como ajustado. La decisión más difícil.
Estas acá.
Estoy allá.
22 de noviembre de 2015
Puertas
Sabía que un día iba a tener que cerrar todo. Esas puertas que abrí alguna vez, esas que quise abrir, esas que dije "uhh tengo que abrirla!", esas que abrí, cerré y volví a abrir, esas que no abrieron, esas que costó muchísimo y me enorgullezco de haber abierto y esa puerta que siempre abrí con diferentes llaves pero llevaba al mismo lugar. Las tengo que cerrar. Hoy las cierro. Porque encontré una puerta diferente. No es muy distinta a simple vista, pero me lleva donde quiero estar y tengo la llave.
19 de agosto de 2015
10
Todavía no entiendo que me pasa. ¿Será pasajero acaso? No lo sé. Pero tenes que volver. Volver a gambetear, a hacer de las tuyas, volver a sobresalir entre el resto mostrando quien verdaderamente es de oro. Calzate la 10 de nuevo y la cinta de capitana, y comanda este corazón hasta que me quede sin aire para respirar. Ponete la 10, la que siempre fue tuya.
26 de junio de 2015
Urquiza
Todos los días cruzo a pie la vía del tren Urquiza que conecta las estaciones de Lemos y Lacroze, y también todos los días experimento la misma sensación. Algo difícil de explicar que trataré de poner en palabras a continuación.
Quizás el desencadenante de este fenómeno sea el miedo a la muerte, o esa incertidumbre que nos genera el hecho de no saber que hay más allá, una vez que el cuerpo se transporta a otra dimensión para no volver. Todos los días es igual. En realidad miento, no todos los días es lo mismo. Sólo se manifiesta aquellos días en lo que mi llegada al cruce ferroviario coincide con la llegada del tren y decido cruzar con la barrera baja. Ahí es cuando sucede. De repente en mi cabeza aparece esa sensación, extraña al principio y cotidiana hoy en día, en la cual mi conciencia se desliga de mi cuerpo despertando una serie de pensamientos que desembocan en uno. Siempre el mismo.
Empiezo pensando "¿Que me pasa?", "¿Es normal sentirme fuera de mi cuerpo?", para luego pasar a "¿Me habrá pisado el tren?", "¿Estaré vivo o muerto?".
Finalmente logro cruzar al otro lado y la conciencia vuelve a mi. Me siento entero de nuevo, como todos los días antes y después de cruzar la vía. Nunca durante. Pero los pensamientos no terminan ahí. Y ¿Si acabo de morir y no me doy cuenta? ¿Acaso alguien dijo alguna vez como debe sentirse estar muerto? Definitivamente no. Entonces puedo estar muerto. Todos podemos estar muertos. Vos, yo, todos. Muertos en mundos paralelos, productos de infinitas bifurcaciones que coexisten en el espacio-tiempo de algún modo que quizás nunca podamos comprender.
En uno de esos mundos mis padres me lloran al costado de la vía, mientras la gente se congrega para saber que fue lo que pasó. En otro, mi padre se embriaga en un bar durante el aniversario de mi muerte para ayudarse a olvidar. En un tercero, mi mamá conserva intacta mi habitación para recordarme hasta el día de su muerte, donde los mundos volverán a bifurcarse hasta el fin de los tiempos. En alguno de esos mundos, me lloras vos. En otro, soy yo el que te llora a vos. En todos esos mundos, ocurren en simultáneo millones de vidas. Millones de acciones. Millones de vos y yo. Millones de mundos en los que nos encontramos y millones en los que no. Millones y millones de mundos donde el tren Urquiza pasa una y otra vez. Millones en un sentido y millones en otro. Y millones de veces me pisa. Millones de veces me salvo. Espero que hoy sea una de ellas.
17 de junio de 2015
Arabella
Yo me pregunto: ¿Que haces en mi vida? Es decir, ¿que clase de dios te puso en mi camino? O más bien... ¿A quien tengo que darle las gracias?
Creo en las casualidades. De hecho, existen. Pero esto no pudo ser casualidad... Quiero decir, causalmente me cambié de colegio, casualmente conocí a Nico y nos hicimos amigos, casualmente me prestó su MP4 para pasarme música, casualmente había temas de Arctic Monkeys, casualmente me hice fanático de ellos, casualmente me enamoré a primer oído de "Love is a Laserquest", que causalmente vos tradujiste de manera perfecta, y casualmente en esos días habilitaste los comentarios en el blog, causalmente me leíste y casualmente estoy aca escribiendote.
Te amé entonces, cuando vi tu foto hace años.
Te amo hoy, contando los días para volver a verte.
A.
4 de marzo de 2015
Auténtico
A partir de hoy, asumo el compromiso de ser honesto y auténtico en mis relaciones. Les contaré cómo me va.
16 de octubre de 2014
Big fish
Habrá alguna maldición sobre mi? O será simplemente que no sé aprender de mis errores?
De ser así, creo que el gran error es no reconocer estos errores. No por una cuestión de orgullo, sino por falta de experiencia. Es decir, si hay algo que estoy haciendo mal quisiera saberlo y tratar de no repetirlo. Pero evidentemente no logro vislumbrar qué carajo es.
Quizás no quiero resignarme a reconocer que soy yo el problema. No por errores que cometa, sino por mi forma de ser. Tal vez ese ser humano perfecto que creía (o creo) ser, es tan solo una fantasía. A ver... Quizás no soy el gran partido que siempre supuse. O quizás si, y ahora me subestimo. De un modo u otro es muy difícil entender y más difícil aún encontrar una solución para este estado.
Tal vez si dejo de pensar en esa otra persona, que hoy es una y mañana son otras 100 distintas, y empiezo a preocuparme un poco mas en mi, en mejorar como persona y crecer... Quizás así redescubra las posibilidades y me encuentre mejor preparado para cuando suceda lo definitivo.
20 de mayo de 2014
9 de febrero de 2014
Roma vs Tracia
Hoy me toca hablar de la última número 1. La última mujer que fue merecedora de una canción, o dos.
Porque cuando parecía que era (y lo dije) un capítulo concluido, aparece de nuevo, con sus viajes, su belleza, su simplicidad y su estilo. Es increible lo linda que está, realmente no hay palabras. Y por lo que escuché o entendí resulta estar recientemente peleada con su (ex)chico.
Y si bien parece un momento clave para atacar, voy a esperar un poquito. Porque ya la pasé mal el año pasado por su culpa, y no quiero repetir un mal comienzo.
Por otro lado esta el tema de la amiga. Esa cagada que me mandé por apurado y rencoroso. No se cuanta repercusión pudo haber tenido, espero que no haya sido mucha, pero lo que me preocupa es que es una excusa muy útil para rebotarme y temo que la use.
Las cartas están sobre la mesa, ahora es cuestión de jugar al arquitecto de estrategias y ser Marcus Crassus, controlar la situación y mas tarde ser Spartacus. Porque a veces la causa amerita que seamos fríos y calculadores para después convertirnos en el héroe pasional.
3 de febrero de 2014
Hotel-suite
Bueno, oyentes imaginarios: esto es un escándalo.
¿Como pasó? Si yo venía tan bien. No me molesta la escasez en sí, de hecho, he transitado desiertos más áridos y salí sin un rasguño, pero sin embargo me siento extraño. Como si no estuviera alquilada esa suite de lujo en el hotel de mi corazón (gracias Alex por eso). De hecho, está deshabitada, la vecina alquiló un monoambiente de cuarta, más habitado que el microcentro. La profe siempre tuvo su casita (o local) ahí por plaza Plate. La gauchita debe haberse hecho nómade porque no pasa ni a saludar. Y la morocha que parecía tener intenciones, dejó la seña y nunca más apareció.
Sin embargo, me queda una en el tintero, la nueva rubia, media sonrisa, mi bella Sherlock, entre otros nombres... Vive acá, es decir, es su domicilio real, pero está de vacaciones en Londres (no es una analogía) y no tengo ni puta idea de cuando vuelve. Pero la espero.
Así que básicamente cualquier propuesta medianamente interesante va a ser puesta en consideración. El lugar es amplio, hay que limpiar un poco el polvo que dejaron inquilinas anteriores, y hay algunos clavos en las paredes todavia, pero no es algo que un clavo nuevo no pueda sacar.
En fin, esperemos que alguien la ocupe rápido, o que la dueña vuelva pronto porque realmente no la estoy pasando bien.
En realidad, estoy siendo injusto. La no embustera ha tomado un rol protagónico esta última semana. Bien lo saben ustedes, porque ya les conté. Desde que se reivindicó todo marcha sobre ruedas pero ya no tiene la magia de la incertidumbre. Van a pensar que nada me viene bien, y en algún punto tienen razón, pero yo la tenía idealizada completamente y a fin de cuentas es una mina común y corriente... Me encanta (¡ojo!), pero siento que no va a retomar ese lugarcito particular que alguna vez tuvo.
Se hizo larga la entrada pero necesito cerrar con mi querida Watson. Si me leés, te voy a estar esperando así que hablame en cuanto llegues y te juro que vamos al cine, o a cenar, o a pasear, o a merendar, lo que quieras. Y si no me leés, tambien.
29 de enero de 2014
Oasis
Hoy me toca cambiar de musa, porque la titular está en otros pagos y la suplente, ayer, realmente la rompió. Tambien me toca hacer algunas correcciones, nobleza obliga. Una vez dije "encuentro la ilusión en la mentira más linda que me hacen creer" y me referí a ella como "la embustera", pues bien, me corrijo: no era una mentira, ni era una embustera, era una puta realidad.
Cuatro años. Un poco más de cuatro años tuve que esperar para verla en persona. Quizás yo soy muy fantaseoso pero es real lo que nos pasó.
Nos conocimos absolutamente de casualidad en un cumpleaños en Parque Leloir, a varios kilómetros de nuestros hogares que estaban separados unas 15 cuadras. Nos hicimos un par de gestos desde una mesa a la otra, ya que no podía ir a hablarle porque ella estaba con su novio. El día pasó, y le perdí el rastro. Sólo sabía que era la novia del primo de mi amigo. Ahí empezó la búsqueda. Hackeé el facebook de mi amigo, localicé al primo y me alegré por única vez al ver la leyenda: "En una relación con..." y el nombre de mi musa. La busqué desde mi facebook y empezamos a charlar. (Gracias Zuckerberg por eso).
Reconozco que estuve mal, ella tenía novio, pero evidentemente las cosas no andaban bien y me daba letra para seguir charlando. Una cosa llevó a la otra y nos enamoramos, pero ella no quería dejar a su chico. Así que el tiempo fue pasando hasta que se pelearon y por fin... Tampoco nos vimos. Resulta que empezó a complicarse el tema del reencuentro. Aún viviendo a 15 cuadras y siendo dos pendejos sin horarios, nos fue difícil encontrar un momento indicado. Sumado a esto, ella nunca podía y empecé a pensar que eran todas excusas y que me estaba cargando desde hacía 4 años. (De aquí las cosas que dije y recientemente corregí).
Pero finalmente ayer, gracias a Mark, gracias a mi picardía, y gracias a mis amistades, la vi. Nos abrazamos, hablamos un montón, compartimos un largo rato hermoso, nos prometimos otro encuentro prontamente, y nos despedimos con un beso tardío, corto y clandestino pero merecido, apasionado y esperanzador.
23 de enero de 2014
The sign of the two
Últimamente se me está haciendo costumbre. Se hace un poco tarde y pinta escribir en el blog. Cada vez me parezco más a ella, que pone absolutamente cualquier cosa en el suyo. El mío nació para contar historias, pero sólo llegué a 3. Después me ganó el corazón y empecé a hablar de mi, de mis cosas. Y hoy lo mantengo de ese modo, entre mis cosas hablo de ella.
Imposible hablar de ella sin mencionar sus uñas, su media sonrisa, su pasión por la moda, sus bandas favoritas (cualquier inglés), su humor, sus caras, su buena onda, su forma de hablar, Sherlock, Watson, un pedacito de vida en Londres, pero de ida y vuelta por suerte.
Pausa.
Esto es demasiado, si llega a leerme es obvio que va a darse cuenta que hablo de ella, y se va a asustar. A fin de cuentas sólo nos dimos un par de besos, no me puedo poner así, no es sano. Pongamos un título cualquiera para que no sospeche nada y listo.
20 de enero de 2014
La constante
Este finde confirme la existencia de la constante. Obviamente soy el único que sabe de la constante, por lo tanto les voy a contar de que se trata. Sospechaba que en muchos aspectos mi vida estaba (de algun modo) gobernada por una constante. Dicha constante tenía relación con lo profesional, lo personal, lo amoroso, lo social, lo intelectual, etcétera. Y hacía lo que hace toda constante: permanecer constante. De alguna forma u otra, (Dios, el universo, el cosmos, el karma, o como quieran) se las ingenia para equilibrar todos los aspectos mencionados. Es decir, que si alguna de aquellas cuestiones sufre complicaciones, inmediatamente alguna otra complementa esa baja, o viceversa. En pocas palabras si algo anda mal, siempre hay algo del otro lado de la balanza para equilibralo.
Esta idea hasta ahora sólo me trajo alegrías, ya que surgen cosas buenas luego de cosas malas. Nunca al revés. Espero que eso siga asi en ese sentido.
De momento, la mala es que me toca recursar una materia, y la buena es la rubia divina que tengo durmiendo al lado.