Si, ayer tuve una pésima noche. Nada salió del todo bien, incluso muchas cosas salieron mal. Empecé contento, dinámico, hablador y terminé melancólico, estático e introvertido. Quizás tenga razón un amigo, quizás fue responsabilidad de esa chica que comenzó la noche hablando conmigo y terminó con aquel asesino de la cultura romántica. Pero estoy convencido de que en gran medida, mi mal humor se debió a que muchas veces me sentí solo (o me hicieron sentir solo). A lo mejor fue culpa mía, a lo mejor tenía que haber tomado más, des-inhibirme, y pasar una noche alegre como los demás. Tal como venía haciéndolo. Pero mi actitud no fue del todo negativa. Te conocí. Te hablé por primera vez, y ahora sé algo de vos (casi nada). Y vos sabes algo de mí (que vivo a diez cuadras del lugar donde estábamos anoche). No fueron las mejores circunstancias, yo con el peor humor de los últimos años, y vos pendiente del chico con el que pasaste la noche.
¿Que rumbo habría tomado nuestra charla, si te hubiera dicho la verdad? ¿En qué situación estaríamos ahora, si anoche te hubiera dicho que el 24 de diciembre te escribí una canción?
Pero no te dije nada de eso, solo sabes que volví a mi casa con los chicos, sabes que eran diez cuadras, sabes mi nombre. Ahora también sabes que te escribí una canción antes de conocerte y que gracias a vos volví a escribir.
En conclusión, pésima noche para el amor. Excelente noche para la poesía.
"Y que la primavera te saque una sonrisa, aunque la vida también."
No hay comentarios:
Publicar un comentario