9 de febrero de 2014

Roma vs Tracia

Hoy me toca hablar de la última número 1. La última mujer que fue merecedora de una canción, o dos.
Porque cuando parecía que era (y lo dije) un capítulo concluido, aparece de nuevo, con sus viajes, su belleza, su simplicidad y su estilo. Es increible lo linda que está, realmente no hay palabras. Y por lo que escuché o entendí resulta estar recientemente peleada con su (ex)chico.
Y si bien parece un momento clave para atacar, voy a esperar un poquito. Porque ya la pasé mal el año pasado por su culpa, y no quiero repetir un mal comienzo.
Por otro lado esta el tema de la amiga. Esa cagada que me mandé por apurado y rencoroso. No se cuanta repercusión pudo haber tenido, espero que no haya sido mucha, pero lo que me preocupa es que es una excusa muy útil para rebotarme y temo que la use.
Las cartas están sobre la mesa, ahora es cuestión de jugar al arquitecto de estrategias y ser Marcus Crassus, controlar la situación y mas tarde ser Spartacus. Porque a veces la causa amerita que seamos fríos y calculadores para después convertirnos en el héroe pasional.

3 de febrero de 2014

Hotel-suite

Bueno, oyentes imaginarios: esto es un escándalo.
¿Como pasó? Si yo venía tan bien. No me molesta la escasez en sí, de hecho, he transitado desiertos más áridos y salí sin un rasguño, pero sin embargo me siento extraño. Como si no estuviera alquilada esa suite de lujo en el hotel de mi corazón (gracias Alex por eso). De hecho, está deshabitada, la vecina alquiló un monoambiente de cuarta, más habitado que el microcentro. La profe siempre tuvo su casita (o local) ahí por plaza Plate. La gauchita debe haberse hecho nómade porque no pasa ni a saludar. Y la morocha que parecía tener intenciones, dejó la seña y nunca más apareció.
Sin embargo, me queda una en el tintero, la nueva rubia, media sonrisa, mi bella Sherlock, entre otros nombres... Vive acá, es decir, es su domicilio real, pero está de vacaciones en Londres (no es una analogía) y no tengo ni puta idea de cuando vuelve. Pero la espero.
Así que básicamente cualquier propuesta medianamente interesante va a ser puesta en consideración. El lugar es amplio, hay que limpiar un poco el polvo que dejaron inquilinas anteriores, y hay algunos clavos en las paredes todavia, pero no es algo que un clavo nuevo no pueda sacar.
En fin, esperemos que alguien la ocupe rápido, o que la dueña vuelva pronto porque realmente no la estoy pasando bien.
En realidad, estoy siendo injusto. La no embustera ha tomado un rol protagónico esta última semana. Bien lo saben ustedes, porque ya les conté. Desde que se reivindicó todo marcha sobre ruedas pero ya no tiene la magia de la incertidumbre. Van a pensar que nada me viene bien, y en algún punto tienen razón, pero yo la tenía idealizada completamente y a fin de cuentas es una mina común y corriente... Me encanta (¡ojo!), pero siento que no va a retomar ese lugarcito particular que alguna vez tuvo.
Se hizo larga la entrada pero necesito cerrar con mi querida Watson. Si me leés, te voy a estar esperando así que hablame en cuanto llegues y te juro que vamos al cine, o a cenar, o a pasear, o a merendar, lo que quieras. Y si no me leés, tambien.